Editor’s Note: This story, translated by Jeanette Casillas, was made available in Spanish through a partnership with CASA Magazine. Read the English version here.
Si te sientes sofocado de forma creativa, “participar en el pensamiento estereotípico” puede ser el último consejo que se puede esperar. Los estereotipos, de estar bien definidos y rígidos, son sin duda el enemigo del pensamiento creativo.
Sin embargo, debido a su simplicidad y familiaridad, prácticamente cualquiera puede evocarlos con facilidad. Y si puedes entrar en el más adecuado, puede abrir tu canal creativo bloqueado.
Esa es la conclusión de una nueva investigación, que halla imaginarse a uno mismo como una persona creativa estereotípica mejora el rendimiento de uno en una prueba estándar de pensamiento creativo.
Los niños pueden ser más creativos que nunca, pero la imagen de sí mismo que se les anima a adoptar en la escuela puede estar bloqueando su potencial creativo.
La creatividad “se describe mejor … como un producto maleable del contexto y la perspectiva,” escriben Denis Dumas y Kevin Dunbar, los investigadores de la Universidad de Maryland. Sus hallazgos, publicados en la revista del internet PLoS One, tienen implicaciones prácticas para nuestro sistema educativo basado en pruebas.
El “efecto estereotipo” es un fenómeno psicológico muy estudiado. La investigación ha demostrado que el identificarse con un estereotipo puede ayudar o dificultar nuestro desempeño en una variedad de tareas.
Una línea de investigación ha encontrado que las mujeres que creen la noción de que las mujeres son malas en matemáticas obtienen puntuación baja en ese tema. Sin embargo, otro encontró que ponerse una prenda blanca descrita como una “bata de laboratorio” noto un mejor rendimiento en las pruebas que requirieron una atención estrecha y constante.
Para determinar si la creatividad se puede afectar de manera similar por este tipo de identificación, Dumas y Dunbar conducieron dos experimentos.
El primero conto con 96 estudiantes en una universidad grande en America, una mezcla de estudiantes de biología, de física, de arte y teatro. Aproximadamente a un tercio se les pidió “imagina que eres un poeta excéntrico.” Otro tercio se les dijo “imagina que eres un bibliotecario rígido,” mientras que el último tercio no recibió ninguna instrucción relacionada con estereotipo. (Los investigadores insisten en que no consideran a los bibliotecarios como rígidos o inflexibles, pero una prueba piloto encontró que era un cliché “muy relevante” para los estudiantes.)
Todos los participantes entonces completaron la prueba de Tareas de Usos Alternativos (Alternative Uses Task), en el que se les dio los nombres de 10 objetos comunes (como un libro, tenedor, pala, y trompeta) y se les pidió que encontrarán la mayor cantidad de “usos originales” como pudieran para cada uno.
En términos tanto como “fluidez” (el número total de usos que nombraron para cada objeto) y “originalidad” (medido por el uso de palabras que iban muy lejos del evidente propósito del objeto), aquellos que asumieron la personalidad de “poeta excéntrico” anotaron más. Los que asumieron el papel de “bibliotecario rígido” anotaron más bajo, mientras que los participantes que no recibieron un estereotipo quedaron en el medio.
El segundo experimento, que conto con 105 estudiantes, fue estructurado de manera similar, excepto que cada participante se les pidió que asumieran el personaje de “poeta excéntrico” para cinco de los objetos, y el personaje de “bibliotecario rígido” para los otros cinco.
A los participantes se les ocurrieron significativamente más usos al pensar en sí mismos como el poeta, y su nivel de imaginación también fue mayor en esas condiciones. “Tanto su fluidez y originalidad se mejoraron significativamente” imaginándose a sí mismos como el poeta, los investigadores informan.
Los resultados sugieren la tan lamentada disminución de la creatividad notado en los últimos 20 años de hecho, puede reflejar los conceptos de sí mismo asumidos por los estudiantes. “En cualquier sistema que pone un énfasis en los resultados de las pruebas,” Dumas y Dunbar escriben, “los que toman el examen pueden sentirse obligados a adoptar una perspectiva rígida cuando se realiza una tarea creativa.”
En otras palabras, los niños pueden ser más creativos que nunca, pero la imagen de sí mismo que se les anima a adoptar en la escuela (básicamente, de una máquina que regurgita datos) puede estar bloqueando su potencial creativo.
Para los educadores, esto es algo para considerar seriamente. Para todos los demás, estos resultados sugieren que vernos a nosotros mismos como aburrido y sin inspiración puede ser una profecía que se cumple.
Para parafrasear a Steve Jobs, si pensamos diferente sobre nosotros mismos, tal vez podemos empezar a pensar de forma diferente.
Hallazgos es una columna diaria por el escritor de Pacific Standard Tom Jacobs, que recorre las revistas de investigación psicológica para descubrir nuevos conocimientos sobre el comportamiento humano, que van desde los orígenes de nuestras creencias políticas hasta el cultivo de la creatividad.